2/02/2014

SOBRE UN AMANECER DE ASFALTO




Me he despertado casi al alba

abrazada a tu recuerdo,

pero enseguida huyes

como brisa desbocada

por las calles aún desiertas.

Vago por el limbo de lo incierto

mientras cae la última estrella

sobre un somnoliento asfalto,

donde tú palideces sin luna, ni sol,

entre telarañas de sombras

y bostezos de cemento.

Se abre una estría de luz,

 sobre mi corazón de arena.

Una ventana donde deleitarme

con la sensual visión de tu mirada,

la pulsación de tus caricias,

y la evocación de pasiones

conjugadas entre sábanas.

Avanza sutilmente el día

con su pincel de realidades

para borrarme los sueños

y todo aquello irrealizable.

La sombra de una gaviota,

fugaz, atraviesa la calle.

Vuela ligera una pluma

en la pulsación del aire

y yo camino a ciegas

tras el rastro de tus huellas.

Insomne peregrina de utopías

 escalando la cúspide de la nada

para rozar el inseguro espacio  

de la posibilidad.

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