2/08/2014

AROMA DE PASIÓN, ALMA DE CERA


Soy frágil y mutable. Mi cuerpo a veces se licua y luego se concentra, es blanco como el velo de una virgen y emana el sensual perfume de una diosa. Presido momentos de seducción, preliminares y pasiones que fluyen y se engendran a la luz de mi llama. Comparto espacios de cava y rosas, de ritmos y caricias conjugadas entre besos y susurros. Soy la magia que aporta su halo de calidez a la atmósfera que envuelve a los amantes y me fundo en su piel bajo el tacto sinuoso del cortejo. Soy efímera pero intensa, habitante de otras vidas perfiladas con lujuria, donde el tiempo se quema en los relojes del deseo. Formo parte de la mecánica prodigiosa que excita los sentidos mientras me deshago en aromas. Danzo, como una odalisca, trazando pinceladas doradas en la trémula piel de los amantes. Soy voyeur de pasiones, de encuentros eróticos y cuerpos desnudos devorándose enteros, de juegos prohibidos y orgasmos cabalgando en las alcobas. Vivo para ser parte de la seducción y muero, en un último suspiro de luz, agónica y ardiente, mientras se eleva un gemido de placer desde un lecho de raso y ella se agita como una mariposa, rozando el éxtasis, inmersa en el vaivén primitivo de su amante.

 

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