5/17/2016

FLOR DE FUEGO



El velero de mis sueños navega sin rumbo
por el instante turbio del despertar.
Es la hora quieta, aquella en que todo se recicla
y el gesto preciso del alba rasga las sombras.
El horizonte es un pentagrama de luces,
en plena e irreal metamorfosis,
componiendo una sinfonía de colores.
Su melodía es magma ardiente sobre las aguas
y el mar naufraga de deseo 
fascinado por la belleza de la aurora.
Un murmullo de pasiones agita las olas
elevando su último aliento en el rompiente.
Más allá del mundo, en el templo de los dioses,
percute una pulsación, sensual y cárdena
y la ciudad convoca realidades de asfalto.
Duermes, desnudo entre el desorden de las sábanas
mientras la lasciva luz recorre tu piel.
Yo, celosa de su gesto, te abrazo,
porque quiero ser el sol y la brisa de tu despertar
amarrando mi alma a los puertos de tu cuerpo.
Voraz, el día devora las últimas tinieblas
rodando por la vida como un torrente. 
Ajena a la inexorable mecánica del tiempo
fondeo mi barca en la orilla de tu cuerpo
y lo recorro, como un gran sol naciente,
engendrando una flor de fuego.
Una flor que crece entre caricias y besos, 
 para ser deshojada entre dos.

5/10/2016

AMANTES


Piel contra piel, placer insomne
y el deseo desgarrando el velo de la noche
hasta dejarla desnuda y vulnerable.
Fuera, más allá del oscuro asfalto,
sobre el mutante perfil de las olas
percute el latido constante de las horas
anudado a un silencio de tacto insinuante.
La pasión es un trazo de lunas desangradas
perfilado entre sábanas de raso.
Agitas la veleta de mis sentidos
y en ese instante turbio dejo de ser
para convertirme en tu erótica fantasía.
Llueven caricias y besos
conjugando un hechizo de lava y fuego.
La oscuridad es un espejismo sostenido
y bajo el techo del cielo
 el deleite erótico es un punto de fuga
expandiéndose sobre el lienzo de los cuerpos.
Piel contra piel, placer insomne,
suspendido en la alquimia del deseo
Cómplices peregrinos de sensaciones,
nos elevamos en un vuelo evanescente,
inmunes a las leyes de la gravedad,
levitando por una galaxia de estrellas.
Tiemblan los astros en el cenit de un suspiro,
el tiempo se detiene en los relojes
y un punto de fuga eclipsa la luna.

5/02/2016

AGUADA EN SEPIA



Bailan los sueños
con el eco del recuerdo
en el olvidado desván
donde levita el silencio
entre la esencia de lo vivido.
Se detiene ante el viejo escritorio,
cubierto por una pátina de polvo.
En él perduran la calidez del tacto
el leñoso tatuaje de sus vetas
y las manchas de tinta en los cajones.
Abre el escondido secreter, 
donde reposan las viejas cartas
atadas con aquella cinta rosa,
que abraza palabras de ensueño.
De repente, algo vibra y se concreta.
El tiempo de las ilusiones
se hace invisible presencia
proyectando la añorada imagen
en la suave luz del atardecer.
El instante es magico
y transforma la estancia
en una aguada en sepia.
Un latente microcosmos,
donde habita la chica que fue.
Algo la remueve por dentro
y oscila la veleta de los sentidos
agitada por ese viento de retorno.
El mundo parece detenerse 
en el aire de un suspiro...

Pero ella es muy consciente
de que no hay retorno,
y todo pasa para después reflejarse
en el espejo del recuerdo.
Guarda de nuevo las cartas,
cierra tras de si la puerta,
y desciende por la estrecha escalera
dejando atrás el velo de la melancolía
y las escenas cautivas del pasado.
A medida que va bajando los peldaños,
corre el telón del ayer
y mueve la ruleta del tiempo
para recuperar la realidad
que perfila su presente.