9/24/2013

TANGO EN VENECIA

Esta noche, al borde de la melancolía, recorro el laberinto de tus calles, tocada por el halo de tu esencia. Tu piel, de paredes desconchadas, envuelve un misterio de agua y piedras, bajo esta luna que pasea adormecida sobre el perfil oscuro de las góndolas. Son casi las doce, el lindar de la hora bruja, y saboreo la majestad de los palacios emergiendo del corazón de la laguna, en su quietud casi mística y arcana. De lejos, cabalgando a lomos de la brisa, la voz rota del bandoneón rasga el silencio me atrae, me arrastra en su cadencia, reverbera en las fachadas, me atraviesa huye, la persigo, cruzo el puente, la pierdo, regresa, se expande, me envuelve y la sigo insomne bajo las estrellas. Aroma de tango felino en Venecia, sensualidad a flor de piel, pasión, fuego delirio de emociones cuerpo a cuerpo. Pronto caerá el telón en San Giacomo los últimos compases apagaran el ritmo, las sombras borraran las formas y la ciudad ocultará su liquida mirada tras los parpados del sueño. Suspendido en los confines de la niebla quedará un latido desgarrado y Malena seguirá cantando con voz oscura, mientras sobre los canales flotan los fantasmas del pasado.

9/17/2013

NANA DE LLUVIA

Apenas empezaba a bostezar el alba cuando me he deslizado, calle abajo, camino de la playa. Ayer llovió todo el día, el mes de Septiembre ondea en el calendario y los días ya amanecen algo frescos, como un anticipo de Otoño. Arrebujada en mi jersey me deleito en gozar de ese momento en que el mundo aún se despereza y estas a solas con la naturaleza, sus voces y sus mensajes. Descalza, me acerco a las olas que suavemente lamen la orilla. Su caricia es fría, pero sé que me reconocen, como yo las reconozco a ellas. Es el mismo mar que me acogía cuando, de niña, buscaba respuestas. Respuestas que resonaban el fondo de sus ánforas y viajaban hasta mí, de ola en ola. Aún hoy, el mar me habla con su lenguaje de susurros y me consuela, cuando recurro a él, como una gaviota con las alas rotas. ¡Se parece tanto a los humanos! es contradictorio, suave y cruel a la vez. Regala sueños y devora vidas, es placer paradisíaco y alma de naufragios. Su acuarela es una aguada de luces y sombras que me atraen y necesito de su líquida presencia en mi ruta terrestre. Junto a él hago balance de las ausencias, de los imposibles de todo aquello que dibujan los utópicos sueños y sonrío ante lo absurdo de mis locuras. Sé que me entiende, pues yo soy de agua y vivo de sensaciones. Es como aquel amor que sabes que un día puede hacer naufragar tu alma, pero al que deseas cada mañana enredado en tu piel bajo las sábanas. Las olas parecen mecerse en la luz naciente que se diluye avanzando desde el horizonte, para morir en un abrazo de espuma. No hay palabras, sólo mi particular nana de lluvia, mi homenaje para este mar que tanto encierra y tanto fascina. El día nace entre espejismos de sal y allí, en un punto inconcreto, se mece una barca, con una niña de larga trenza cobriza y un hombre de blancos cabellos que recita una historia de piratas y sirenas. Ella sonríe y sueña y él, desde dónde ahora esté, la observa y sonríe a su vez, constatando que unas cuantas décadas después, aún sueña despierta. Quiero que estés como cada mañana, junto a mis pies, enredado en mí falda… duerme mi mar que ya llega la calma, contigo soñaré, te cuidaré… Mar o amor, agua y presencia, olas y piel, sal de un cuerpo amado bajo los labios, cadencia, juego amoroso. No hay tanta diferencia.

9/13/2013

MANZANA Y CANELA

Las manzanas asadas al horno y espolvoreadas de canela son uno de mis postres favoritos. Me transportan a aquellas tardes de invierno, junto a la chimenea, merendando en casa de mi abuela. Las sensaciones eran: seguridad, calidez, complicidad, sonrisas, instantes llenos de colores, mágicos crepúsculos, huellas imperecederas en los sentidos, amor, vida… Han pasado muchos años desde entonces, pero creo que tendemos a asociar instantes y presencias con nuestro pasado y el momento presente. Tal vez por esa razón, cada vez que oigo su voz pienso en manzanas y canela, en intimas tardes de invierno conjugando la complicidad a fuego lento. Hay un vuelo de mariposas (metáfora del vibrar de los sentidos) que parece rozarme sutilmente la piel, algo intangible, que capta mi sexto sentido. Ese que va por libre, rompiendo todos los esquemas de lo establecido. Quizás mi sensibilidad lo magnifique y lo eleve por encima de toda lógica, pero no cambiaría por nada esa percepción. Si ahora mismo se me concediera un deseo, pediría oír su susurro una vez más, para columpiarme en sus acordes, bailar con sus ritmos calientes, reposar en sus tempos lentos y abrazarme a sus silencios hasta el alba. Lástima que los deseos casi nunca se cumplen, salvo cuando encuentras al mítico genio de la lámpara. Creo que voy a dejarme llevar, una vez más, por las utopías y me voy a pasear por el inmenso desierto de los sueños imposibles, a ver si por una vez, me tropiezo con la mágica lámpara. ¿Quién sabe si frotando y frotando puede aparecer un genio y me permito pedirle un susurro de manzana y canela…? Lo sé, lo sé, soy una soñadora, pero os he de dejar… cierro los ojos y me voy al desierto, creo que allá a lo lejos he visto brillar algo. Tal vez sea esa deseada lámpara con su susurro dentro.

9/12/2013

OVEJA NEGRA FELIZ

Hacía tiempo que no andaba por el camino señalizado, aquel que recomienda la sociedad y las buenas costumbres. No sabría decir muy bien cómo ocurrió, si fue un acto voluntario o bien en algún tramo se perdió hasta llegar donde estaba ahora, pero fuese el que fuese el nuevo paisaje le gustaba, era distinto, creativo, emocionante y lleno de colores. El sendero no discurría por un terreno fácil, a veces serpenteaba por tramos tortuosos y otras desembocaba en extensas llanuras de idílicos prados salpicados de flores, e infinitos horizontes, pero eso le otorgaba la magia de la improvisación. El no saber que sorpresa habría tras el siguiente recodo era el mejor antídoto contra las rutinas y a la vez la necesaria adrenalina para mantener vivos los sentidos. No eran muchos los viajeros que circulaban por aquel sendero. Una gran mayoría optaban por regresar al camino ya marcado y seguir fluyendo con el rebaño. No soportaban ser tildados de “diferentes” pues esa palabra abarca a todo lo que, por desconocimiento, nos da miedo y a veces genera críticas y rechazo. Es lo que tiene ser oveja negra, que conlleva momentos de soledad anímica, pero ella se los tomaba en positivo, como una terapia para conocerse mejor a sí misma. En aquel trayecto, hacia su particular Ítaca, lo más importante era el día a día, el instante presente y las huellas que este dejaba impresas en su cuaderno de Bitácora, como riqueza de vida. Al final, aquella mujer alternativa, sabe muy bien que lo que realmente importa son las pinceladas de color de las cosas sencillas y aquellas personas con las que nos entrecruza el destino y poseen el don de revolucionar nuestro universo. Si, hace tiempo que ella eligió hacer su camino por aquel sendero cargado de incógnitas, oscilando entre luces y sombras. Una mañana se despertó y decidió cambiar su forma de mirar y vivir la vida y libremente escogió ser oveja negra, pero eso sí: una oveja negra feliz

9/11/2013

ESCULTOR DEL DESEO

ESCULTOR DEL DESEO Eres el escultor que moldea mi cuerpo, amasando mis pasiones con tu tacto en el cómplice interludio del deseo. No dejes en mi piel ningún espacio donde no vibre el latido de tu huella y entre caricia y beso no te olvides del susurro que me descoloca el alma, ni de llenar de ritmos el pentagrama del aire, para bailarlos después, cuando caiga la noche y el titilar de un par de velas perfile la magia.

9/10/2013

CATÁLOGO DE DESPROPÓSITOS

A veces, cuando recorro de puntillas la noche paseando entre las sombras de mi familiar insomnio, mi mente trepa hasta el vértice surrealista donde lo cotidiano es sueño y a lógica locura. Ayer, sin ir más lejos, edité un catálogo de despropósitos. Un irracional catálogo donde nada toca ni está escrito, en el que ir anotando todo lo que me debería estar prohibido para alcanzar una perfecta armonía y equilibrio. Me pasé toda la noche, llené páginas y páginas, hasta el alba. No tengo claro si me será útil, pero recibí al nuevo día con un horizonte preñado de absurdos propósitos los dedos tintados de azul y un cortado descafeinado.

9/09/2013

ALAS DE MARIPOSAS

Montmartre se despeña en terrazas hasta rozar un Paris que, lento, se adormece El Sena es apenas un trazo plateado enredado en este pensamiento azul que flota en el aire de Septiembre rebozado en tu presencia ausente. Una música se repite en el eco de los sonidos y silencios del crepúsculo percute, en clave de azul, tan honda que todo me vuela, hasta romperme en mil pedazos de lunáticos deseos. Pellizco la vana esperanza de que, por un breve instante, me pienses desde el espacio que hoy te refugia. Pronto vendrán las luces de la luna a desteñir de colores el paisaje, y sólo quedaran las alas de mariposas que rozan mi piel cada vez que, azul, te cuelas en los laberintos de la lógica hasta hacer trizas el puzzle de mi cordura.

MENÚ DEL DESEO

Bajo esta luz sin luz de la noche azul se cocina, a fuego lento, el menú del deseo. Él es el chef y los pinches los sentidos. Los tactos se sazonan sobre bandejas de pieles y todos los condimentos potencian el erotismo. Besos de sal y pimienta, achuchones de guindilla caricias de romero y susurros de canela y miel. Con la guinda de las sonrisas, el vino del erotismo una rosa azul, un par de velas y un ritmo de seducción el banquete está servido, listo para saborearlo relamiéndose de gusto con el festín de los cuerpos. Bajo esta luz sin luz de la noche azul invento esferificaciones para ahuyentar rutinas deconstruyo mitos para recrear pasiones y mantengo en equilibrio un soufflé de fantasías que acompaña un sensual revuelto de lujurias. Bajo esta luz sin luz de la noche proclamo: ¡Viva la creatividad culinaria de las pasiones!

9/05/2013

VIVIR LOS SUEÑOS

A mi edad el poder decir que todavía creo en las utopías es un lujo. A mi alrededor se deslizan multitud de seres desencantados, que ya nunca se atreven a perseguirlas, ni tan siquiera a soñar con ellas. Reconozco que a los ojos de muchos soy una loca, alguien que no tiene los pies en el suelo, pero mis pies están firmes, pues he aprendido el arte de volar con el tren de aterrizaje bien puesto. No os negaré que hay aterrizajes forzosos que pueden ser duros, sobre todo cuando la pista es estrechita y detrás hay un precipicio esperándote. Si me preguntaran qué me mueve, diría sin pensar que la voz interior que resuena desde el fondo de mi corazón. Susurro por el que me muevo, a pesar de que no sea un buen maridaje con la razón ¿Pero dónde está la verdadera razón? Realmente en nosotros mismos, aunque la sociedad haya creado unas razones clónicas para alinear al rebaño. Veo a la mayoría regirse por ellas, pasando por la vida sin ser realmente felices. Castrados en sus manifestaciones, por aquello del “qué pensarán de mi o qué dirán” Sólo tenemos conciencia de poseer una vida y esta pasa en un suspiro. No hay duda de que pasamos temporadas inmersos en obligaciones que van más allá de nuestros sueños, más allá de nuestro propio yo. Algunas son tan especiales -como educar a los hijos- que nunca son una carga y eso nos hace cometer un error: olvidarnos de nosotros mismos. Un ser frustrado nunca puede hacer felices a los que le rodean, ni ofrecer todo su potencial a los hijos, a la pareja, a los amigos, a la familia. La sociedad tilda de egoísmo el pensar en uno mismo, el quererse un poco y ese lastre no hace más que crear un escaparate de seres insatisfechos que un día se permitieron soñar y perseguir utopías, pero que ahora se limitan a existir y fluir en las rutinas, sin regalarse, aunque sea de vez en cuando, un destello de vida y sensaciones. A pesar de las dificultades, entre las luces y sombras del camino, seguiré intentando, contra viento y marea, rozar mis sueños, para vivir en ellos.

9/03/2013

DILEMA EXISTENCIAL

¿Locura o amor?... La pregunta levita en la mañana de septiembre, entre los átomos de luz que bailan sobre las aguas. Se evapora en espirales doradas entre trazos de nostalgia dibujados en la arena de la playa. Huellas de un verano que se aleja y que ella guarda en desván de los recuerdos, como un tesoro. ¿Locura o amor?... La pregunta se repite en cada una de las olas que marcan la cadencia del rompiente, reverbera entre sonrisas de espuma y se disuelve, apagando el rumor de la respuesta. Sólo queda el líquido murmullo, flotando entre los ritmos del nuevo día y la incertidumbre, haciendo equilibrios en la arista de la nada. ¿Locura o amor?... La pregunta se abraza a la brisa que le roza el rostro, se enreda con ella en el fuego de sus cabellos, se detiene a penas un instante y luego se aleja para acariciar otras pieles y cuestionar a otras almas. Tras su paso solamente queda un eco lejano, apagado por las voces de los vientos. ¿Locura o amor?... La pregunta baila con las gaviotas, se cuelga de sus alas, retoza en su libre vuelo y se eleva hasta rozar las nubes. La acogen silencios de algodón y pinceladas azules esparcidas por el cielo. La ve alejarse hacia un confuso horizonte que le borra el perfil de la respuesta. ¿Locura o amor?... La pregunta insiste, se hace urgencia y en ese instante, ella, la mujer de la playa empieza a reírse, hasta que su risa se une al murmullo de las olas, al susurro de la brisa y a los chillidos de las gaviotas. Se ríe de sí misma, de su fragilidad y sentimientos, columpiándose en el vértice de la locura, suspendida en la cuerda floja del amor.