9/10/2013

CATÁLOGO DE DESPROPÓSITOS

A veces, cuando recorro de puntillas la noche paseando entre las sombras de mi familiar insomnio, mi mente trepa hasta el vértice surrealista donde lo cotidiano es sueño y a lógica locura. Ayer, sin ir más lejos, edité un catálogo de despropósitos. Un irracional catálogo donde nada toca ni está escrito, en el que ir anotando todo lo que me debería estar prohibido para alcanzar una perfecta armonía y equilibrio. Me pasé toda la noche, llené páginas y páginas, hasta el alba. No tengo claro si me será útil, pero recibí al nuevo día con un horizonte preñado de absurdos propósitos los dedos tintados de azul y un cortado descafeinado.

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