2/10/2014

FELINO AMANTE


Te percibo entre las sombras

como un felino acechando mi cuerpo.

La atmósfera se hace cálida y densa,

casi se pueden tocar las moléculas de pasión

que vibran en cada rincón de la estancia.

Me desnudo para ti, sin prisas,

revelando el deseo que late bajo mi piel.

Cada gesto es pura provocación,

cada suspiro un canto de sirena,

una llamada para atraerte a mis playas.

Sin pudor, dejo que la luna me dibuje

mientras trazas eróticos senderos

sobre la geografía de mi cuerpo.

Mi susurro, en la intimidad callada

 reclama el aliento de tus labios

sobre las colinas de mis pechos.

Se arquean mis caderas como una ola

clamando por ti, en un gesto de lujuria.

En un instante la urgencia rompe límites

entre un tibio fluir de saladas aguas

y ardemos en un fuego sin cenizas

inventado, sin reposo, las locuras

que pueblan nuestro navegar lascivo.

Gime el deseo como un fauno impetuoso

cabalgando por el filo de nuestras pieles

y en ese espacio de sublime fusión

se desgarra la noche, se agitan los astros

y una lluvia de estrellas estalla

rasgando los límites del placer.

 

Mucho más tarde,

cuando el alba perfila tus formas

sobre la arrugada sábana,

me pego a tu piel de felino amante,

siento el ronroneo de tu cuerpo

 y te abrazas a mí, en sueños.

Detengo el tiempo en el instante,

y mi mano se alza, ingrávida,

dibujando, con apenas un roce,

el color de una caricia.

 

 

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