Hoy, tocada por los átomos de una extraña magia me he levantado con la
certeza de que el día sería perfecto. Con hilos de deseos e ilusiones lo he ido
trenzando con antelación. Nada tienes si
no lo trabajas y luchas por ello y todo lo especial no viene del aire, sino que
has de poner de tu parte para que surja. Al fin y al cabo toda química es cosa
de dos y si no le aportas tu alquimia el hechizo se desvanece.
La vida se convierte en una línea plana y ausente de emociones si no le
aportas los ingredientes necesarios. A mí me gusta sazonarla con las especias
de las sensaciones. Cocinarlo todo a fuego lento, dejando que los sabores se
mezclen para crear otro distinto y sorprendente, mientras los aromas se expanden, fusionándose en uno de nuevo y seductor. Pasión, deseo, ternura, sonrisas, complicidad,
sensualidad y sobre todo, un buen toque de erotismo, que viene a ser como la
guindilla picante que le aporta vivacidad y lujuria al guiso. Todo ello cociéndose
muy despacio, gozando de la aportación de cada ingrediente, dejándose sorprender,
seducir y atrapar por ese exquisito plato, digno de los mejores gourmets de
sensaciones.
No os quedéis sentados esperando, así sólo hipotecáis vuestros deseos e
ilusiones. Cuando los sentidos envían señales, hay que implicarse, no tener
miedo y sacar ese yo más íntimo que llevamos dentro. Sólo dejaos llevar y es seguro
que incluso os vais a sorprender a vosotros mismos.
Sí, decididamente hoy es un día perfecto.
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