11/01/2013

MIRADA DE FUEGO

Hace ya un rato que mi compañera se ha dormido, últimamente aguanta poco y no resiste una cena entera, pero yo sigo bien despierta y atenta a todo lo que ocurre a mi alrededor. Ellos ya han terminado de saborear el vino dulce que acompañó a los postres. Hace rato que sonríen sin motivo aparente, con un punto de travesura en las miradas. Cómplices sonrisas que son la evidencia de que algo especial los une en esta conjunción de espacio y tiempo.
Hace rato que suena la música llenando la estancia de ritmos diversos, hasta que de repente, ella, se le acerca mimosa y le pide que ponga algo más íntimo para bailar. En un instante la voz de Chris de Burgh y su Lady in Red, flota a su alrededor como un sinuoso velo, abrazándolos.
Los observo fascinada mientras siguen el ritmo en perfecta armonía. Son dos cuerpos dialogando, seduciéndose, componiendo al unísono una sensual coreografía que se va tejiendo sutilmente, con cadencia de ola y deseo. Se nota que hay química entre las pieles, generando una lujuriosa corriente que las cosquillea, las agita y excita, mientras un juego de miradas, que son llamas, van prendiendo hogueras de pasión con cada parpadeo. Es una perfecta simbiosis, sobre la improvisada pista de baile, de dos seres que comparten la magia de la noche.
Se van desnudando, se atraen y se entregan a las caricias y a los besos. No parece correr el tiempo en los relojes, en ese momento están ellos solos y la música, como una llamada erótica, invitandolos a entregarse a placeres infinitos.
Juegan, se seducen y provocan. Se tocan, sienten, retozan y el baile se convierte en el preliminar de un festín erótico.
Yo, desde mi clandestina posición, sigo mirándolos, subyugada por la especial atmósfera que envuelve a los amantes en ese instante.
Desnudos, abrazados, aún bailando, se acercan a la mesa y ella se recuesta sobre su superficie. En ese justo momento, él se percata de mi presencia, se acerca, se inclina sobre mi y sopla...
Mi ardiente mirada se desvanece y un hilillo de humo se eleva poniendo el punto y final a mi descarado "voyerismo"
Lo siento porque ahora, tanto vosotros como yo, os vais a perder la parte más tórrida del relato, pero finalmente la escena se ha quedado a oscuras.

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