Un destello erótico ilumina la noche.
Tu presencia en avance y retroceso
abraza cada instante de mis sueños
labrando en mi piel oníricos placeres,
que perfilan la alquimia del deseo.
Quisiera fluir eternamente
en la infinita ternura de soñarte
hasta quemar los relojes del tiempo,
pero el implacable amanecer y sus luces
me roban ese espacio inaprensible
donde percuten tu voz y tu latido
por los silencios de la claridad lunar.
Prisionera de tus oníricos besos
lucho, con la conciencia aún confusa,
por retener tu edénica imagen,
sobrevolándome como la tibia brisa.
Me aferro a las desnudas sombras
y a la afrodisiaca visión que las rasga
-azul esencia de tu cuerpo-
Arpegio de dicha atemporal,
lúcido instante de delirio
dónde regresas a mí de nuevo.
Abstracción de luna en mis sentidos.
Huellas azules sobre una playa desnuda.
Intima fusión en este lado de la vida
donde parecen besarse los átomos
que tiemblan en las estancias del aire
y el paisaje nocturno es revelación sensual,
metafísica del amor, eclosión, gemido.
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